El 26 de enero de 1933, en Cuenca, falleció Honorato Vázquez, distinguido abogado, estadista, diplomático, escritor, traductor y educador. A lo largo de su prolífica carrera, Vázquez dejó una huella imborrable en la literatura ecuatoriana, destacándose por su versatilidad en la escritura.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran la poesía “Elena” (1872), los poemas reunidos en Sábados de mayo junto con Miguel Moreno (1881), y el ensayo “Constancia filial” (1887). Su producción literaria abarca poesía, ensayos, artículos y cuentos, reflejando su profundo compromiso con la expresión artística en diversas formas.
Además de sus logros como escritor, Honorato Vázquez también desempeñó roles destacados como abogado, estadista, diplomático y educador, y también como pintor y músico, consolidándose como una figura multifacética y respetada en la sociedad ecuatoriana. Su legado perdura como un testimonio valioso de la riqueza cultural e intelectual de su época.