Higiene del poemaLiteratura EcuatorianaSergio Román Armendáriz

‘Higiene didáctica del poema’, concepto útil

Es grato dirigir las líneas que siguen a Teo Calle, Ives Cadena, Edison Navarro y Ximena de los Ángeles, jóvenes que se reúnen en cafés o en sus casas de la ciudad capital del Ecuador, para comentar y afinar la evolución de su escritura.                    

Sergio Román Armendáriz


SR / Costa Rica, 28, I, 2013



Taza de Cafe Argelis Almonte- Artelista.




Este artículo  intenta ser el primero de una serie de aproximación pedagógica (filtrada por las vivencias de su autor, desde el ‘Club 7’, Guayaquil, 1951-1962) a ese miedo llamado ‘página en blanco’, apuntes redactados un tanto al azar y, otro, con el ánimo de brindar un punto de apoyo o de ataque a quienes se interesen por el oficio de la palabra y de la imagen.

Casi epígrafe: Se atribuye a Truman Capote (EE. UU., 1925-1984, autor de ‘A sangre fría’, 1966, bautizada ‘novela de no ficción’, obra que marca el salto dialéctico del periodismo a la literatura), el haber señalado (en uno de sus prólogos) que quien aspire a publicar por cualquier medio un libro propio, debe ir asumiendo, sucesivamente, el compromiso de las diferencias, primero, entre escribir y escribir bien; segundo, entre escribir bien y escribir muy bien; tercero entre escribir muy bien y ser genial.

El concepto atinente a la higiene del texto es útil pues, al igual que una persona requiere atender su presencia, cualquier página que escribamos también lo exige. Por lo tanto, no hay que precipitarse en publicar, sin degustar la morosidad del ejercicio.

Siguiendo a Kavafis al hablar de Odiseo, no se trata de llegar por llegar lo más pronto posible, a Ítaca. Por lo contrario, se trata de demorarnos en el camino y disfrutar sus altibajos y apreciar y pulir los detalles que iluminarán el conjunto. 

Asimismo, la preceptiva clásica de Roma acuñó el consejo: ‘Da vuelta muchas veces al estilo’ porque, como todos sabemos, este retrato tan caro, hoy, para nosotros, significaba entonces el instrumento que, por un extremo, lucía una punta aguzada e idónea para  grabar señales (digamos, palabras) en una tablilla de cera. Pero, ese mismo instrumento lucía en el otro extremo, una especie de paleta para borrar lo que se acababa de grabar y, así, continuar reescribiendo o ‘higienizando’ el poema, las veces que fueren necesarias.

De allí el sentido del consejo: ‘Da muchas veces vuelta a tu estilo’, esto es, escribe, pero borra y reescribe, etc., (todo lo cual en un solo sintagma equivale a la ‘higiene del texto’) hasta que la página quede espléndida, única, limpia.

A continuación, transcribo un párrafo de mi opinión sobre los versos de Ximena tomados de su ‘Celebración por Baudelaire’, de los cuales dije que ‘fluyen… y me seducen porque, al final, la composición se da vuelta en su propio alrededor para ejercitar el brindis que siempre es por la vida pero, en este caso, por paradoja, contrasta con el retorno de la Sombra, creando un atractivo giro retórico.’

Así, la estructura rompe la rigidez de la lógica para conquistar la modulación de la poesía.

Costa Rica, 24 de agosto de 2012


NOTAS

Sergio Román Armendáriz: Ecuador, 1934. Licenciado en Ciencias Sociales, Facultad de Jurisprudencia, Universidad de Guayaquil, 1959.

Miembro del ‘Club 7 de poesía’ (1951-1962), editó con Carlos Benavides, David Ledesma, Ileana Espinel y Gastón Hidalgo: ‘Club 7’, Guayaquil, Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, 1954. (99 págs.) Y, con Ileana y David, ‘Triángulo´, Casa de la Cultura, Guayaquil, 1960. (77 págs.)

Publicación reciente.- Román, Sergio. ‘Riobamba, arte poética’. Casa de la Cultura, Núcleo de Chimborazo. Riobamba, Ecuador, 2012. (59 págs.)

IV 
EJEMPLO DE JOVEN ESCRITORA 
A continuación, transcribo mi inmediata opinión sobre algunos versos de Ximena de los Ángeles tomados de su ‘Celebración por Baudelaire’, de los cuales dije que ‘fluyen… y me seducen porque, al final, la composición se da vuelta en su propio alrededor para ejercitar el brindis que siempre es por la vida pero, en este caso, por paradoja, contrasta con el retorno de la Sombra, creando un atractivo giro retórico. Así, la estructura rompe la rigidez de la lógica para conquistar la modulación del poema.’ Pero, a eso llegó la autora, no con un solo golpe de remo, sino por medio de un afinamiento progresivo de su relojería expresiva. Añade, y dice bien Ximena cuando apunta que el azúcar y la sal son condimentos que por tal condición no deben opacar el sabor de los ingredientes de una receta de cocina. Coincido. Igual funciona el verso. Al exceso de sentimentalismo que dictan los asuntos o los adjetivos, yo he llamado ‘diabetes lírica’, enfermedad letal.

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