escritoras ecuatorianasMujeres en la literaturaMujeres escritoras

Leyendas Indígenas de Eugenia Tinajero Martínez

Reseña de Literatura Ecuatoriana escrita por mujeres
por: Ximena Flores Venegas

La ‘Guacamaya’ se detuvo, y el indio incorporándose comenzó a cantar una canción, que tenía la propiedad de hechizar al que la oía.

El sol acabó de hundirse y todo el cielo, parecía un incendio; cuando el joven terminó su canto, se acercó lentamente a la ‘Guacamaya’, que había permanecido totalmente inmóvil, una vez la tuvo muy cerca la estrechó entre sus brazos.

Las Guacamayas

Leyendas Indígenas

En Leyendas Indígenas, escrito en Palama en 1952, y publicado en San Juan de Ambato, el 20 de septiembre de 1954, Eugenia Tinajero Martínez (Quito, 10 de enero de 1922 – Ambato, 6 de abril del 2009), nos presenta una obra que trasciende las páginas del libro para transportanos a un universo mágico y enigmático, donde las narrativas orales del Ecuador cobran vida con una riqueza y profundidad sorprendentes. Con meticulosidad y respeto por la tradición oral ecuatoriana, la autora nos comparte 23 relatos que exploran la mitología y la cultura indígena previa a la llegada de los españoles.

Cada leyenda nos lleva a un tiempo y lugar lejanos, donde conviven seres mitológicos, héroes legendarios, príncipes, guerreros incas, regulos, caciques y la fuerza indomable de la naturaleza. Eugenia Tinajero capta la esencia de la tradición oral, transmitiendo un poco de la sabiduría ancestral de las comunidades del Ecuador con una destreza narrativa admirable.

La obra cuenta con un prólogo escrito por Augusto Arias, quien traza una genealogía de la autora en sus líneas. Más allá de resaltar el trabajo literario, Arias reconoce la influencia de la rica tradición literaria y artística de la familia de la autora, incluyendo a su abuelo Luis A. Martínez y su bisabuelo Juan León Mera, pero también augura un futuro brillante y lleno de éxitos para la autora. No nos olvidamos de mencionar que Eugenia Martínez es hija de la novelista Blanca Martínez Mera, quien sin duda la guió en su camino en las letras.

’El mal aire’ extraña enfermedad que según los indios se desprende de las tumbas, de los lugares frecuentados por fantasmas, del contacto de lo sobrenatural, le había atacado y tardaría mucho en mejorar. Y así fue, le sometieron al conocido procedimiento para limpiar ese mal viento frotándole todo el cuerpo con ajíes rojos, echándolos enseguida al fuego para que quitándole la enfermedad, ésta se consumiese con ellos en las brazas. En cuanto estuvo algo mejor, le soplaron con el zumo de ciertas hierbas benéficas, que le devolvieron a medias la salud, más no la dicha.

El tesoro

Leyendas Indígenas

Lo más notable de esta obra es su diversidad temática y su capacidad para ofrecer una visión panorámica de la riqueza cultural del Ecuador. A través de sus páginas, no solo se exploran las aventuras de los personajes legendarios, sino también la riqueza de la flora, fauna y paisajes que sirven como telón de fondo para estas historias. La autora otorga voz a elementos naturales como montañas, las piedras y ríos, dotándolos de una personalidad propia y convirtiéndolos en protagonistas igualmente memorables.

A pesar de la notable presencia de fuertes personajes masculinos en las narraciones, la obra no solo se limita a resaltar su protagonismo. La autora también dedica un espacio significativo para destacar a las mujeres como figuras centrales en las leyendas que presenta. Estas mujeres no son meros complementos de los personajes masculinos, sino que lideran historias propias llenas de profundidad y significado.

En estas narraciones, entre las cuales se encuentran “La historia de la piedrecita blanca”, “Heliotropo”, “La Diosa Esmeralda”, las mujeres son retratadas como protagonistas de sus propias vidas, enfrentando desafíos, aventuras y dilemas emocionales con valentía y determinación. Desde historias de amor apasionado hasta relatos de separación, búsqueda de identidad en tierras lejanas y la maternidad comprometida, la autora presenta una amplia gama de experiencias femeninas que trascienden los estereotipos tradicionales de género.

Este enfoque no solo enriquece la diversidad de la obra, sino que también refleja una sensibilidad hacia la igualdad en la recopilación y narración de las leyendas. La presencia equitativa de historias protagonizadas por mujeres subraya el compromiso de la autora con la representación inclusiva y la valoración de las voces femeninas en el contexto de la cultura y la tradición.

Sin embargo, Leyendas Indígenas no está exenta de críticas. Aunque la narrativa fluye con gracia y encanto, en ocasiones se percibe un tono algo idealizado, paternalista y a veces con tono romántico en la recopilación de las leyendas. Más allá de la magia y el misterio que envuelve cada relato, algunos críticos podrían argumentar que la obra habría ganado en profundidad al explorar con mayor detalle el origen histórico y cultural de estas historias, proporcionando al lector un contexto más completo y enriquecedor.

Amaba apasionadamente a una pequeña muchacha de ojos grandes y negros que vivía allá entre las quiebras de los Andes. Al atardecer volvía hacia su choza encontrando siempre a su longa en el camino.

Los ojitos de Misqui-Huaymi

Leyendas Indígenas

Otro aspecto relevante a tener en cuenta es la sensación de desincronización que puede surgir al sumergirse en la obra. A pesar de que la autora pretende emular el lenguaje y las costumbres de la época precolombina en la que se desarrollan las leyendas, la inclusión ocasional de términos en quechua o expresiones de la Colonia, junto con vocablos que pueden ser interpretados como despectivos como “runa”, “longa” o “indio”, podría resultar paternalista y desconcertante para el lector contemporáneo que carece de conocimiento sobre sus significados y contextos, estableciendo así una brecha entre el relato y su audiencia.

A pesar de estas observaciones, Leyendas Indígenas, sigue siendo una obra valiosa y cautivadora que merece ser apreciada. En un mundo cada vez más globalizado, donde las tradiciones ancestrales corren el riesgo de perderse en el olvido, esta obra representa un esfuerzo loable realizado en la mitad del siglo XX, por preservar y compartir la riqueza cultural del Ecuador, sirviendo como un puente entre el pasado y el presente.

Publicada en una época en el que muchos autores y autoras estaban experimentando con nuevas formas de expresión y explorando temas sociales, culturales y políticos, Leyendas Indígenas, destaca por su enfoque en las tradiciones orales de ciertas regiones del Ecuador y la riqueza de una parte de la narrativa indígena. En un momento en que la literatura ecuatoriana estaba experimentando un renacimiento, esta autora, optó por volver la mirada hacia el pasado, recuperando y preservando las leyendas que forman parte del acervo cultural del Ecuador, aportando así una contribución invaluable al panorama literario del país.

Leyendas Indígenas, es una obra que no solo merece ser leída fuera de todo prejuicio, sino también estudiada y apreciada en su contexto más amplio. Con una mezcla única de leyenda, historia y cultura, este libro representa una ventana hacia un mundo que se va perdiendo de la memoria del pueblo.

2 comentarios en «Leyendas Indígenas de Eugenia Tinajero Martínez»

  • Simplemente extraordinaria reseña de la obra Leyendas indígenas; al leer todo el texto nos permite comprender más a fondo lo que esconden los escritos, lo que en esencia son nuestras raíces precolombinas, además, en base al análisis crítico, reflexivo y práctico que hace la académica es de mucho valor, debido a que nos brinda su experiencia y su trayectoria, para analizar dichos relatos y resaltar el papel fundamental dentro de la literatura nacional como lo es Eugenia Tinajero.

    Respuesta
  • Siempre Efecto Alquimia ilumina a los lectores de literatura ecuatoriana por textos y autores que poseen espíritu y esencia. Gracias por ello.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *