La profundidad de unos versos
La historia de uno de mis poemas preferidos tiene fecha, el 10 de junio de 1997, cuando estaba por graduarme de la secundaria y recibí como regalo de mi profesor de filosofía el libro Creo en el hombre y en la comunidad, escrito por monseñor Leonidas Proaño. En la primera página mi maestro escribió:
“Ximena:
No hay caminos trazados de antemano para alcanzar la verdad y la justicia, y cada uno transita el suyo en su búsqueda y realización.
Tampoco el camino está ausente de fariseos, impostores y claudicantes.
Hora es en que emprendas el propio en beneficio de todos, aunque en particular, de los pobres y excluidos, como lo quizo y lo hizo el hijo del carpintero hace 2.000 años. Lo recuerdas?
Así sea,
Tu amigo,
Carlos.”
En Creo en el hombre y en la comunidad, monseñor Leonidas Proaño, habla sobre su pensamiento acerca de la familia, la comunidad, la sociedad, entre otros, y cierra la obra con el credo que le dio sentido a su vida y el poema Tú… te vas… No sé si sea justo para los poetas de oficio, que buscan inspiración, recursos, palabras, y demás, decir que de todos los versos que he leído, los de este poema son sin duda unos de los más profundos y con un mensaje que gira alrededor de distintos tópicos, mortalidad y permanencia, ecología, compromiso…
Tú… te vas…
Tú… te vas…
pero quedan
los árboles que sembraste,
como quedan
los árboles
que antes sembraron otros.
Los árboles
darán fruto
y darán también semillas.
Las semillas
cultivadas
se convertirán en árboles
Tú… te vas…
Pero, quedan
los árboles que sembraste:
más árboles,
y más frutos
y más fecundas semillas.
Leonidas Eduardo Proaño Villalba
(San Antonio de Ibarra, 29 de enero de 1910 – Quito, 31 de agosto de 1988).
Moseñor Leonidas Proaño. Foto: Archivo / EL COMERCIO |
“Mons. Proaño no fue un académico de la lengua, gracias a Dios! Escribía con mucha sencillez de lenguaje y con un estilo directo. Su objetivo al escribir era el de enseñar. Cuando hablaba era como si estuviera leyendo un libro y cuando se lo lee es como si se estuviera conversando con él”.
Obras
Rupito (1953), Creo en el Hombre y en la Comunidad (1977), El Evangelio Subversivo (1977) y Concienciación, Evangelización y Política (1974).
El profeta del pueblo: selección de sus textos (1990), Educación Liberadora, Quedan los árboles que sembraste.
Ximena Flores Venegas
31-08-2019
Fuentes