La bebida del poeta
*Especial por el centenario de la muerte de M. A. S.
“Después de la primera copa, ves las cosas como te gustaría que fueran. Después de la segunda, las ves como no son. Y después de la tercera, ya las ves como realmente son. Ese es el momento más horrible de todos”.
Oscar Wilde
Es verdad aunque unos lo nieguen y otros lo presuman, quizás también causa escándalo pero los escritores por moda, mitos de invocación a las musas o su alma sensible, beben… se embriagan de vez en cuando o muchas veces. En la vida de algunos de ellos, una botella de licor está más presente que la comida, el amor o los amigos. La absenta, el vino, la caña, el ron; el champagne en alguna época dorada y la igual espumosa y burbujeante cerveza.
Los “malditos” preferían “El hada verde” posiblemente por el auge de la bebida en su época y todas las propiedades que se le atribuían, los herederos de los malditos, los modernistas, en este caso los ecuatorianos, bebían también, no sé qué tantos licores pero uno de los que está presente en la obra de Medardo Ángel Silva, es la cerveza.
En su versatilidad creativa, M. A. S. fue también publicista poético e hizo versos a esta rubia bebida, los mismos fueron publicados en revistas de la época.
Patria No. 156, de 1º de Diciembre de 1918.
La demoiselle que de Francia
tiene el sprit, la elegancia,
gala y el porte ducal
la verleniana marquesa
apura buena Cerveza
Nacional,
así el artista la pinta
– rosa envuelta en tul y cinta-
bella de toda belleza
teniendo mayor hechizo
por virtud del bebedizo
mágico: rubia Cerveza.
Patria No. 157, de 13 de Diciembre de 1918.
Al idilio encantador
un infinito dulzor
da con su maga belleza
la bebida; que es mejor
el amor cuando es amor
humedecido en Cerveza.
Y ya Hipócrates empieza
-cuando alguno se constipe-
a mandar contra la gripe
beso mojado en Cerveza.
Dato
* El salón El Búho era el bar al que solían asistir Medardo Ángel Silva y sus amigos, en ese sitio se entablaban largas tertulias nocturnas. Era una “casa pequeña de estructura de mangle con paredes de madera y caña, cuyo tumbado de la primera planta era de poca altura”. Ubicado frente al diario El Telégrafo, llevaba ese nombre porque trabajaba hasta altas horas de la madrugada. Pasados los años y después de la muerte de M. A. S. el lugar siguió siendo punto de encuentro para poetas, periodistas, intelectuales hasta que llamas lo redujeron a cenizas.
Generaciones posteriores de escritores y poetas, también se han sentido tentados por la cerveza, que dado el caso y la cantidad, genera buenas y malas experiencias, pero con medida “no hay mal (a) cerveza que por bien no venga”.
Ximena Flores Venegas
23-06-2019
Fuentes
Romero Castillo, Abel (1983) Medardo Ángel Silva, vida, poesía y muerte. Guayaquil: Banco Central del Ecuador.