Atanasio Viteri
(Latacunga, 29 de octubre de 1912 – 1965) |
Pulso en mis venas la sangre de los astros,
llevo el pecho encendido de arterias,
la cabeza constelada de neuronas,
y el cuerpo como un cometa, canto de células;
De: Intensidad
Nace en Latacunga, el 29 de octubre de 1912. Poeta, ensayista, maestro y periodista. Existen pocos datos biográficos sobre este autor. Perteneció al grupo Élan, publicó en diarios y revistas. Fue un representante de la vanguardia, y además, defensor de la lucha indígena. Es reconocido como uno de los más talentosos escritores ecuatorianos contemporáneos. Viajó por varios países, entre ellos visita Buenos Aires. Director de la Escuela de Periodismo, además, militante de la izquierda ecuatoriana. Fallece en 1965.
“Su poesía tiene un son interno de épica y una expresión sonora. Grito inútil de puños crispados contra el cielo, más que cartel de congregación de hombres para ir a la batalla.
Su poder realizador de imágenes, su caudal armónico, la limpidez de su voz, hacen de Viteri una de las más significadas posibilidades épicas de esta generación.
Atanasio Viteri, primordialmente, un agudo y fervoroso comentador de libros”.
Obras
Ensayo: El cuento ecuatoriano contemporáneo (Quito, [1932]); Temas: Manuel J. Calle; el Cotopaxi; los Mideros (Quito, 1943); Historia de Quito (Quito, 1953); Contienda del hombre y la belleza (1954); Pierre Loti y Frances Jammes de Chasserriau (1954); Temas: Manuel, Novela: La tierra de cristal obscurecida, epopeya del reino de Quito -Premio Universidad Central del Ecuador- (Quito, 1956); El dios terrestre (1959). Poesía: Marino Azar (1940); Temas (1943); Cinco poemas y canto a Zola (1944); Poesía (1962).
Colaboración en “Elan”. Revista del Mar Pacífico,-“El Día”, “El Telégrafo”.
Plata
Plata que MIRA desde abismos de nardo acribillado,
ASTRO taumatúrgico que todo lo que toca METALIZA;
la melancolía al revés de la historia
-una dulce CABEZA de Santa Juana-
HELADA en fuente de METAL que vive.
Bosques platerescos, tintinea el lago
una grande campana de plata que no se oye.
La pareja en el parque palidece
unos rostros de amor que se desvelan
entre altos candelabros que penden en las ramas.
TEAS DE LLAMAS blancas, incombustibles en el fondo del
agua,
quiebran una larga procesión de esqueletos.
Un herrero distante forja CUCHILLERÍAS
en la cresta de un monte,
en yunque reverberante NIEVA
granallas silenciosas;
mi pecho se prepara para la CUCHILLADA:
HIERE el corazón con HIERRO HELADO,
HIELA el corazón…
En las NIEVES, tesoros de albos aladinos laboriosos,
más blancas las ovejas y el andar de ese LOBO
con escarcha en el lomo como un oso polar.
Hasta las VÍBORAS pálidas, todo lo HIELA
el corazón, la PANTERA y el sendero…
Santa Teresa de Jesús de nardo
tu país es de plata:
torvas concupiscencias se arrodillan,
siete vírgenes cuerdas se levantan.
Todo cordero es pascual, todo suspiro
todo cardo ABRASADOR en amor de azucena.
Trae el VIENTO
¿asunción de CISNE
o descenso de CUERVO?
ARCÁNGEL CON SENOS DE MUJER
elevándose
o demonio en penumbra de MARFIL
disolviéndose.
¡Oh LUNA
mi Santa Teresa de Jesús de nardo!
Que no llegue tu NIEVE al santo cabello de mi madre.
Sea mi pecho de los deseos turbios
un alero de PALOMAS torcaces.
Ximena Flores Venegas
02-09-2013
Fuentes
Índice de la Poesía Ecuatoriana Contemporánea, Benjamín Carrión. 1937.
Antología de Poetas Ecuatorianos, Quito – Ecuador. 1944.