Hugo Alemán Fierro
(Quito, 10 de junio de 1899 – Ibídem, 03 de diciembre de 1983) |
Yo no se qué magia tienen las mujeres
de las tablas – ánforas de perversidades – que
despiertan vivas ansias de placeres
y fiebres de raras voluptuosidades.
De: Elegías Errantes
Hugo Alemán Fierro, nace en Quito, el 10 de junio de 1899. Abogado, quitólogo, poeta, ensayista, cronista, crítico literario, político. Es uno de los hombres más destacados de su generación. Contemporáneo de otros grandes intelectuales y políticos, se unió a ellos para dejar su huella en la cultura.
Cuando era aún un niño, a inicios del siglo XX solía asistir para jugar con otros niños en los corredores, a las reuniones y bailes en los que varios poetas modernistas recitaban sus versos, entre ellos, tuvo la oportunidad de conocer a quien más tarde sería su admirado amigo, Ernesto Noboa y Caamaño. A él lo incluye en su obra, Presencia del Pasado, tomo 1 (1949), y más tarde escribe Ernesto Noboa Caamaño: artífice del soneto “Emoción vesperal” (1967), obra que constituye una ampliación a la primera.
En la historia musical del Ecuador consta que el popular danzante Vasija de Barro fue creado una noche de 1950, la letra por los poetas Jorge Carrera Andrade, Hugo Alemán, Jaime Valencia, Jorge Enrique Adoum; y la música por Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia.
Alemán, el cronista quien recuperaría en sus escritos la vida y obra de tres generaciones de escritores, los modernistas, los post modernistas, los insurgentes y políticos, entre otros; el hombre de izquierda, muere en Quito, el 03 de diciembre de 1983, dejando aún varios de sus escritos inéditos.
“Alemán vino a la poesía con la dulzura suave y galante de Augusto Arias. Con su censurada melodía verbal. Pero el huracán de la nueva sensibilidad lo encontró fresco, joven, capaz de recibir polen nuevo. Fue fecundado. Y su poema de hoy, sin perder totalmente la vida inicial, se alinea en las nuevas formaciones”.
Vencimiento
Cataratas
pusieron en tus ojos las enseñanzas monjiles de la escuela.
Senos púberes.
Estalagmitas eréctiles del deseo.
Piel Íntima. Gruta de espasmos. Estadio virgen
para las olimpíadas del pecado.
Tu cuerpo
recorrerá de tumbo en tumbo
la integridad del campo. Dócil a la maniobra del destino.
Una viscosidad tibia
humedecerá la epidermis del tacto.
Germinará una vida
con el concurso de tu dolor y de tu sangre.
Tu aliento languidecerá sobre la molicie de la noche.
Surgirá el panorama del cansancio.
Entonces conocerás el alfabeto de la realidad.
Aprenderás a leer en el nigérrimo pizarrón de la tragedia
la inutilidad de las plegarias.
Reflexivo dolor extemporáneo.
La quilla del vicio
se clavará en las riberas de tu carne.
Una red de asperezas
obstará el paso de las consolaciones.
Se abrirá un paréntesis de miseria.
Abarcará tu vida. Tendrás miedo de que encierre también al hijo tuyo.
Tu corazón echará una franja roja sobre todos los prejuicios.
Restregarás tu cuerpo, una vez y otra vez, penosamente,
contra el monótono engranaje del sexo,
en amargo ejercicio.
Arrumbarás tus sentimientos en la recóndita negrura de una pocilga,
junto al niño dormido en el vellón de una sonrisa.
Casualidad. Un hombre enlazará tu espíritu convulso
con una hilacha de misericordia.
Regará tu esperanza amarillenta
la emocionada compasión de unas palabras.
Florecerá el amor en tu tristeza y en tu cuerpo.
Soñarás en el retorno. Pero tu afán se perderá en el tráfago
del sacrificio cotidiano.
En espirales nauseabundas
de humo, de alcohol y de espermatozoides.
En una ola de desesperación traumática.
La última estrella se habrá roto contra el charco del olvido.
La carne triste, purulenta, fláccida,
se internará en la angustia
del hospital. Irá al declive de la sombra.
Las fauces del orfanato
se cerrarán tras la silueta de tu hijo
Y una claridad de lágrimas despejará las cataratas de tus ojos,
en un tardío deslumbramiento.
Junto al vórtice definitivo.
Obras
Colaboró en revistas y periódicos. Figuró entre los fundadores del semanario político de izquierda “La Antorcha” con Néstor Mogollón, César y Jorge Carrera Andrade, Augusto Arias, Ángel Modesto y Ricardo Paredes, José Alfredo Llerena y Emilio Uzcátegui.
Escribió “Tránsito de Generaciones”, en 1957 editó “Esbozo antológico de la poesía cuencana”, escribe “Del ayer”, “Presencia del Pasado” (1949), “Ernesto Noboa Caamaño: artífice del soneto “Emoción vesperal”; en 1959 publica el poemario “Distancias”, en 1970 “Sucre, parábola ecuatorial”.
Ximena Flores Venegas
Colaboración fotográfica especial de Neal Moriarty
Fuentes
Índice de la Poesía Ecuatoriana Contemporánea, Benjamín Carrión. 1937.