Poema y prosema para David
A la paz donde habita David Ledesma Vázquez, poeta ecuatorial (1934-1961),
envío este prosema
I. POEMA
Nocturno alrededor de
David Ledesma Vázquez *
Junto al cielo y al aire que te guardan
con raíz de ciprés amarrada a la niebla
poeta descansas tu soledad de estatua
mientras estalla tu soledad de hoguera.
Que sea amable para ti la hierba
que sea roja la sombra que acompañas
como fue amable tu musical tristeza
como fue roja tu alma en la batalla.
Ecuador, 30 de marzo, 1962, en el primer aniversario de…
* [Román Armendáriz, Sergio. Colección de Poesía Ecuatoriana, ‘La rosa de papel’ núm. 24. Guayaquil, Casa de la Cultura, 1990. / Pág. 16, de 25]
II. PROSEMA **
David desde La Paz
[durante la revolución nacionalista de Bolivia, 1952]
… eras un muchacho hermoso con voz de plata que recitaba melodías decapitadas de Noboa y Caamaño aquellas de un extraño sortilegio recordando tu infancia burguesa en algún puerto pero ahora estás extraviado en la intimidad del hotel Neumann en una capital lejana y allá te uniste al coro de consignas socialistas en las calles vecinas del Palacio Quemado junto a la Plaza Murillo en La Paz violenta al pie del Illimani en el clima de esa Bolivia de la Revolución Nacionalista de mil novecientos cincuenta y tantos cuando el pueblo marchaba con la sonrisa al aire de los páramos junto a tu destacamento sindical (de la Radio del Estado) entretejido con mineros quechuas forrados de dinamita y campesinas aymaras de vivos colores y collares de múltiples bucles en el centro de una bella ciudad donde te embriagó la perfecta plenitud de la pasión hasta que un proyectil extraviado arrebató la vida de tu compañera andina cumpliendo así la primera mitad de tu muerte que nueve años después completaste en ese inexplicable Guayaquil de “Los días sucios” puerto al que en este momento le firmas tu ‘Poema Final’ (¿o fue tu ‘Última Nota’?) esta misma noche en que observo de súbito tu imagen atravesando la avenida Arce frente a la Universidad Mayor de San Andrés cuya fachada plena de gigantes murales rebeldes parece estar anunciando siempre un asalto al estilo bolchevique contra un Cuartel de Invierno (¿o fue un solitario amanecer?) de aquella Semana Santa de mil novecientos sesenta y uno en tu barrio Centenario al fondo de la línea de tranvías cuando cumpliste del poeta ese “extraño sortilegio de soñar sosteniendo tu propia cabeza entre las manos” ***. (…) En verdad eras un muchacho hermoso…
Bolivia, 1982
** [Prosema dictado por La Paz, Bolivia, veintiún años después… (durante una consultoría semestral que SR sirvió para una agencia de las Naciones Unidas), mientras iba recogiendo los pasos del cómplice ausente… quien se suicidó a los 26 años de edad con una “Corbata amarilla” (título de uno de sus libros póstumos) un día de la Semana Santa (¿recuerdan a Vallejo?) en la residencia de su familia, en ese Guayaquil de 1961…]
*** [El “extraño sortilegio de soñar sosteniendo tu propia cabeza entre las manos” es un extracto y adaptación del epígrafe que David Ledesma tomó de Ernesto Noboa y Caamaño (Guayaquil 1891-Quito 1927), cita con la cual abrió ‘Los días sucios’, en TRIÁNGULO (publicación conjunta con Ileana Espinel y Sergio Román). Guayaquil, Casa de la Cultura, 1960, pág. 11.]