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La Muerte

Ven, muerte adorable y balsámica
Walt Whitman


Este proceso del cual no sabemos mucho ha causado, causa y sin duda seguirá causando una serie de especulaciones por parte de los seres humanos ya que aun no sabemos qué viene después. Este misterio a lo largo del tiempo ha servido de inspiración para artistas, Pintores, Escultores, Escritores se han servido en este hecho para desarrollar sus obras.

Entre los escritores podemos destacar distintas posturas frente a este acontecimiento, todo dependiendo del tiempo histórico y las generaciones que se manifestaran.

Una de las épocas en las que más se topó este tema es en el Romanticismo. Para ellos la vida es un tormento, una tortura. Anhelan la muerte a pesar de no saber qué vendrá después. Es la liberación y por eso la invocan.

“… lo más romántico no es el mismo acto de privarse del aliento, sino imaginarse la propia muerte como respuesta irrebatible del mal comprendido idealista joven, noble, ambicioso a un mundo indigno, frío, indiferente”.


Dioses de la muerte

Al hablar de Muerte, lo primero que nos llega a la mente es la conocida imagen de la Parca. La calavera vestida de negro siempre acompañada de su arma letal, la guadaña. Si nos remontamos a los países europeos y a su mitología, conoceremos que, en el pasado no era un solo personaje. Las tres divinidades relacionadas con la vida y muerte eran las Parcas (Romanas), las Moiras (griegas) o, las Nornas (mitología nórdica). Las tres hermanas hijas de Zeus y Nix (la noche) eran las encargadas de Hilar, Asignar, y Cortar el hilo del destino del hombre. Cloto, Láquesis y Átropos.

Ellas debían velar para que se cumpla el destino de cada ser, en los que se incluía a los propios dioses. Las tres hermanas eran representadas como hilanderas, de las cuales, Átropos a veces Aisa, la mayor de las tres, con sus tijeras de oro cortaba la vida de los hombres sin importar edad, condición social, sexo; por eso su nombre significa la Inevitable o Inexorable. En la mitología romana su nombre es Morta. La segunda es Láquesis, la que determina el futuro. Ella decide cuanto mide el Hilo del destino, por lo tanto, cuánto a de durar la vida. En la mitología romana se la conoce como Décima. Y la tercera y más joven de las tres hermanas es Cloto, ella con su rueca es quien hila las hebras de la vida. Para los romanos era Nona.

Al referirnos a los países europeos, no podemos dejar de lado a uno de los personajes más importantes para los griegos y romanos, Hades (Plutón). El rey del inframundo y Dios de los Muertos (el invisible).

Los que morían entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte, transportados por Caronte, quien cobraba por el pasaje un óbolo, pequeña moneda que ponían bajo la lengua del difunto.

Más al norte, en Europa, existía una diosa relacionada con la muerte y que es uno de las más importantes Diosas. Ella es Morrigan, la diosa celta de la muerte y destrucción. Ella esta presente en todas las guerras y suele tomar forma de cuervo o coneja.

Su nombre significa la Gran Reina o Reina Espectral, está relacionada a la muerte y por tanto también a la vida y la renovación, los dos opuestos inseparables en el mundo celta. Ella también era una diosa triple. Morrigan, Bodbh y Macha eran los nombres con los que se la conocía y dependiendo de la situación ella aparecía como alguna de las tres.

Fatum

Fatum es, en la mitología romana, la personificación del destino, equivalente a la «Ananke» o Moira de la mitología griega.

La palabra de origen latino fatum. significa oráculo, vaticinio, predicción y deriva en la palabra en español «hado»; así, fata Sibyllina serían los oráculos sibilinos. De la misma familia que fatum, encontramos fas, relacionada a la ley divina.


Anubis
El nombre antiguo de Anubis, “Inpu”, significa “el del chacal”, por ser el nomo XVII del Alto Egipto su localidad de origen; aunque según Pirenne su origen estaba en Behedet. Fue primero dios de los muertos y quedó relegado a un segundo plano cuando el culto a Osiris le otorgó a este el papel principal en el Mas Allá. Es uno de los dioses más antiguos del panteón egipcio, apareciendo ya en las paletas predinásticas de Nagada. En un texto de Unas se le asocia al ojo de Horus y , en el Libro de las Cavernas, su cometido era guiar al muerto en el Más Allá, iluminándolo con la luna, además de presidir las sepulturas; una de sus funciones era la de ser el “abridor de caminos” del Norte, como Upuaut lo era del Sur; su importancia en este sitio era tanta como la de Osiris, con quien compartía el reino del Más Allá junto con Upuaut. Era también el protector de los sacerdotes embalsamadores, ya que él era el embalsamador de los dioses por haber ayudado a Isis a embalsamar a Osiris; de esta manera se hizo responsable de la evisceración del muerto y recibió el título de “El que preside la tienda divina”, que es el lugar de embalsamación; o el de “El que está sobre las vendas“. Es el dios de la momificación que acompañaba al difunto ante el tribunal. En su comitiva, según el Libro de los Muertos, tenía a siete espíritus (Amset, Hapy, Duamutef, Kebehsenuf, Maa-an-tef, Jerybakef y Mejenti-irti); en otras versiones los siete espíritus son Nedyehdyeh, Aqedqed, Ka-en-rdi-en-ef-nebi-jenty-hut-ef, Aq-her-imy-unut-ef, Decher-irty-imy-hut-insy, Aseb-her-per-em-jetjet y Maa-em-kerh-an- nef-em-Hor, que son citados formando parte de la comitiva de Naref el Grande (Osiris).. También se le considera la personificación del solsticio de verano como Upuaut lo es del de invierno.
Recibió los nombres de “Señor de los Occidentales”, tomado de Jenti-Amentiu, y “El que abre las puertas de abajo”, o “Señor del Pais sagrado” (como guardián de las puertas de la Duat), en Abydos, “Señor de Rosetau”, en Menfis, “Señor de las cavernas”, en Assiut, en referencia al mundo de los muertos, como patrón de dichas necrópolis. A partir del Reino Nuevo es llamado también “El que cuenta los corazones”, ya que Anubis imponía las manos al difunto para quitarle el corazón y llevarlo al juicio, donde será pesado bajo su vigilancia; en su lugar le pone un amuleto en forma de escarabajo. Asimismo era el dios al que se rogaba para que actuaran los sortilegios amorosos, en la Baja Epoca. Debido a su parentesco con la vaca sagrada, lleva el título de “Señor de las vacas lecheras” y, en Meroe, es frecuente encontrarlo haciendo donaciones de leche junto a Isis en las mesas de ofrendas.
Los textos antiguos no le adscriben padre ni madre, madre, ni tampoco paredra. Posteriormente se le hace hijo de Seth, o hijo adúltero de Osiris y Neftis al ser integrado en la religión de Osiris. Osiris borracho engendró a Anubis con Neftis, a quien confundió con su esposa Isis. Otra teoría afirmaba que Neftis se disfrazó de Isis y Osiris confundiéndola con su esposa lo engendró. En otras aparece como hijo de Seth y Neftis y en la síntesis solar aparece a veces como hijo de Ra y Neftis (en los Textos de las Pirámides aparece como cuarto hijo de Ra). En el mito de Osiris es enviado por Ra para ayudar a Isis y Neftis a preparar el cuerpo de Osiris para la momificación. De esta incorporación al mito osiríaco proviene su título de “Señor de los vendajes”; en los mitos de procedencia cósmica es hijo de Ihet y Sopdu; según los Textos de las Pirámides, su hija es Qebehut. En los Textos de los Sarcófagos, en Atifih, tiene como madre a la vaca Hesat; en otros sitios su madre es Bastet. En Assiut era compañero de Input, su contrapartida femenina.
Se le representaba como hombre con cabeza de chacal, sosteniendo el cetro real; su cara es de color negro, por el color de la putrefacción de los cuerpos, de la tierra fértil, símbolo de resurrección. Ocasionalmente aparece como un perro que acompaña a Isis. La asociación con el chacal se debe, probablemente, al hábito de los chacales de desenterrar las tumbas para alimentarse. Rindiéndole culto esperaban invocarlo para proteger a los difuntos. Según Plutarco cuando Neftis engendró a Anubis, su hermana Isis lo reconoció. Neftis representa lo existente bajo tierra, lo que no se ve e Isis lo contrario, lo que se ve. Anubis es el punto de unión entre ambas zonas, el horizonte, y se le representa como un perro porque estos ven tanto en las tinieblas como en la luz. Poco frecuente es su aspecto en forma de serpiente y aparece como tal en Heliópolis.
Se le identifica con Jenti-Amentiu. En el nomo XVIII del Alto Egipto se fusionó con su Horus local, tomando el nombre de Hor-Anubis. Recibió culto en la ciudad de Cinópolis. Otros lugares de culto fueron Assiut, Menfis, Licópolis, así como diversos santuarios en las necrópolis. Los sacerdotes sem se ponían máscaras de Anubis para oficiar en los funerales. Su fiesta se celebraba el día 22 del mes de Mesore. Su animal sagrado era el perro, del cual se han hallado numerosas momias.
www.egiptologia.org/mitologia/panteon/anubis.htm

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