Poesía Surrealista
Allí donde tiemblan
Allí donde tiemblan vitriolos vivientes
los poetas elevan sus manos,
el cielo ídolo sobre las mesas
se vuelve sobre sí mismo, y el fino sexo
empapa una lengua de hielo
en cada agujero, en cada lugar
que al avanzar el cielo deja libre.
El suelo está emparedado de almas
y de mujeres con un sexo hermoso
donde los minúsculos cadáveres
reflejan sus momias.
Antonin Artaud
Mundo
En el salón de madame des Ricichets
Los espejos son semillas de rocío prensadas
La consola está hecha de un brazo entre yedra
Y la alfombra muere lo mismo que las olas
En el salón de madame de Ricochets
El té de luna se sirve en huevos de chotacabras
Las cortinas adulan el deshielo de las nieves
Y el piano de perspectiva perdida ensombrece en un bloque
entre el nácar
En el salón de madame des Ricochets
Lámparas vulgares bajo hojas de álamo
Inquietan a la chimenea de escamas de armadillo
Cuando madame des Ricochets llama
Las puertas se rajan para dar paso a las criadas en columpios.
André Bretón
El Gran Día
Ven, sube. En seguida, las más ligeras
plumas, buzo del aire, te sostendrán por el cuello.
La tierra no lleva más de lo necesario y
tus pájaros de bella especie, sonrisa. En lugar
de tu tristeza, como una sombra tras el amor, el
paisaje lo cubre todo.
Ven de prisa, corre. Y tu cuerpo va más
deprisa que tus pensamientos, pero nada, ¿me oyes?,
nada puede superarte.
Paul Eluard